Historia de Vivero

El Rey Don Pelayo premió a Vivero por los servicios prestados en la Reconquista concediendo grandes privilegios,[3]​ dejando a la villa "en guardia y custodia" de cuatro hombres, fundadores de los linajes vivarienses: Páez de Cora, Alfeirán, Vizoso y Gallo.

[4]​ Pero no sería hasta los siglos XII y XIII cuando se configure propiamente la villa de Vivero, tal como la entendemos en la actualidad.

La documentación histórica más antigua que se conserva es del siglo XII, del año 1112, Urraca I de León, a quien su padre el rey Alfonso VI otorgó el condado de Galicia, concedió el señorío del entonces burgo al obispo de Mondoñedo don Nuño Alfonso.

Al estar situada esta ciudad en el estuario de un río (el río Landro) fue desde sus comienzos un puerto comercial de gran actividad cuyo apogeo se dio en el siglo XVI.

Atacando al enemigo durante las primeras horas de la madrugada del día 8 de febrero, causando varias bajas y haciendo prisioneros a cuarenta franceses.

Pero el día 18 de febrero, un batallón al mando del general Maurice Mathieu Bardel atacó Vivero, acabando con la insurrección popular.

En este mismo siglo XIX, Vivero gozó de una intensa vida cultural, impulsada por el poeta y político de la época Don Nicomedes Pastor Díaz, considerado por sus contemporáneos como el príncipe del romanticismo hispánico.

Con tal onomástica, acudieron al acto Manuel Murguía, Parga Sanjurjo, y entre los oradores también estuvo presente Antonio Villar Ponte.

El mismo Primo de Rivera estuvo en Vivero, dando un discurso a los presentes desde el balcón del ayuntamiento.

Representación del escudo heráldico de Vivero .
El mariscal Pero Pardo de Cela .
Cargadero de la mina de la Silvarosa, situado en la Insua.