Hispanoamericanismo

[1]​ La especificidad del término hispanoamericanismo está dada en que asocia a las naciones que formaron parte del imperio español en América y España, en tanto el latinoamericanismo vincula los pueblos americanos por su tradición lingüística latina incluyendo así a naciones de tradición lusófona e incluso francófona.

El krausismo influyó en tanto los hispanoamericanistas entendieron que existía una especie de hermandad armónica entre los pueblos de cultura común, aunque con un sentido elitista en el cual la nación más adelantada (en este caso España) debería guiar a las demás.

El panamericanismo fue una propuesta política que surge a finales del siglo XIX desde Estados Unidos que tiene como fundamento la integración económica, política y cultural de los países americanos bajo la égida de Estados Unidos, en este sentido se diferencia del hispanoamericanismo en tanto excluye a España y la tradición española del sentido de articulación.

El panamericanismo no pone énfasis en la tradición, como lo hace el hispanoamericanismo, sino en la integración mercantil, pero a diferencia del hispanoamericanismo logra su consolidación en una institución con validez internacional como es la Organización de los Estados Americanos con sede en Washington D. C.[8]​ El latinoamericanismo comprende la hermandad de las naciones americanas cuya raíz cultural es de origen latino, si bien ha dado pie a ciertas divisiones como lusoamericanismo, francoamericanismo, italoamericanismo y el mismo hispanoamericanismo.

El panhispanismo, que habría sido defendido por el argentino Manuel Ugarte, ha sido tratado por autores como Francisco V. Silva, en su libro Reparto de América española y panhispanismo o Fernando Ortiz, en La Reconquista de América.

En general se considera que todo el que estudie aspectos relacionados con la cultura española es un hispanista, aunque su forma dentro del hispanoamericanismo haya sido como medio para oponerse a la intervención norteamericana y la influencia del socialismo francés.

La celebración del centenario colombino fue promovida por España como una forma de confrontar la visión panamericana que venía fortaleciéndose desde los Estados Unidos.

[12]​ El hispanoamericanismo como movimiento ideológico se vería fortalecido por la derrota española en la Guerra hispano-americana en 1898, ya que impulsó la solidaridad de los intelectuales hispanoamericanos para proteger sus naciones ante lo que se consideraba el avance del Imperialismo estadounidense.

Algunos de los títulos más relevantes son: Basados en la creencia de una raza común, que no era simplemente similitudes fenotípicas sino espirituales, en España y América los hispanoamericanistas establecieron organizaciones, eventos y fechas conmemorativas.

Entre los escritores resaltaron el peruano Ricardo Palma, el guatemalteco Antonio Batres Jáuregui y el nicaragüense Rubén Darío.

Especialmente este último destacó como uno de los fundadores del Modernismo, corriente artística que tendría fundamento y vinculación con el hispanoamericanismo al menos en su rama literaria[26]​ y que el nicaragüense mostraría en varios de sus escritos.

Página tres de La América : crónica hispano-americana , Año XX, Tomo XX, Número 1, 8 de febrero de 1879