Según la primera idea, ningún movimiento relativo existía entre la Tierra y el éter; según la segunda, el movimiento relativo existe y por ello la velocidad de la luz tendría que depender de la velocidad de este movimiento ("viento del éter") que tendría que ser medible por instrumentos estacionarios sobre la superficie de la Tierra.Contrariamente a esta expectativa, encontró que no había ninguna diferencia en la refracción entre las estrellas, independientemente del momento del día o las estaciones.Todo lo que Arago observó fue la aberración estelar normal.Se dio cuenta de que incluso si la luz era transmitida como una onda, el índice de refracción del contacto entre el vidrio y el aire tendría que haber variado cuando el vidrio se desplazase a través del éter para interceptar las ondas de luz con velocidades diferentes cuando la tierra en rotación y las estaciones cambiaban.La velocidad de la luz en el vidrio sin ningún ajuste vendría dada por:Aun así, esta teoría se consideró refutable por las razones siguientes:[1][2][3] Para George Stokes (1845) el modelo de un éter totalmente independiente o sólo parcialmente afectado por la materia en movimiento era antinatural y poco convincente, así que supuso que el éter es completamente arrastrado en el interior y en la proximidad de la materia, parcialmente arrastrado en distancias más grandes, y estacionario en el resto del espacio libre.Si se supone que el éter está dentro de la materia en un marco de referencia en reposo, la transformación galileana da como resultado que la materia y el éter (incluido en su interior) viajen con la misma velocidad en otro marco de referencia.Aun así, esta teoría se consideraba incorrecta por las razones siguientes:[1][10] Ya en 1845, Stokes introdujo algunas suposiciones adicionales para acomodar su teoría de acuerdo con los resultados experimentales.[7] Aunque la teoría de la aberración de Stokes fue considerada viable durante algún tiempo, tuvo que abandonarse porque Lorentz argumentó en 1886 que si el éter es incompresible y tiene la misma componente normal de velocidad que la Tierra, no podría tener la misma componente tangencial de velocidad, por lo que todas las condiciones impuestas por Stokes no se podían cumplir al mismo tiempo.[14] Otra versión del modelo de Stokes fue propuesto por Theodor des Coudres y Wilhelm Wien (1900).Supusieron que el arrastre del éter es proporcional a la masa gravitacional.Aun así, esta teoría era directamente refutada por el experimento de Michelson-Gale-Pearson (1925).Por lo tanto, el éter de Lorentz es plenamente estacionario o inmóvil.Aun así, esto llevaba a los mismos problemas que ya habían afligido al modelo de Fresnel: estaba en contradicción con el experimento de Michelson–Morley.Por lo tanto George Francis Fitzgerald (1889) y Lorentz (1892) introdujeron la contracción de longitud, esto es, todo cuerpo se contrae en la línea de su movimiento con el factor[17] Aun así, la acumulación de hipótesis para rescatar el concepto del éter estacionario se consideraba muy artificiosa.[18] Como demostró Max von Laue en 1907, la relatividad especial pronostica el resultado del experimento de Fizeau relativo al teorema de adición de la velocidad sin la más mínima necesidad del supuesto del éter.teniéndose que si v/c es pequeño, puede ser expandido utilizando una expresión binomial para resultar: Este resultado es idéntico al de la ecuación de Fresnel.[19] En física moderna (basada en la teoría de la relatividad y en la mecánica cuántica), el concepto del éter como una "sustancia material" con un "estado de movimiento" ha desaparecido por completo.Así, cuestiones respecto a un posible "arrastre del éter" no han vuelto a ser consideradas significativas nunca más por la comunidad científica.Pero este efecto es muchos órdenes de magnitud más débil que cualquier efecto de "arrastre del éter" comentado en este artículo.
El arrastre completo del éter es inconsistente con el fenómeno de la aberración estelar. En esta ilustración se supone la luz de una estrella infinitamente distante. La aberración ocurre cuando la velocidad del observador tiene una componente que es perpendicular a la trayectoria de la luz proveniente de la estrella. Como se ve en la animación de la izquierda, el telescopio tiene que ser inclinado para que la estrella aparezca en el centro del ocular. En cambio, en la animación de la derecha, si el éter es arrastrado en la proximidad de la tierra, entonces el telescopio tiene que ser apuntado directamente hacia la estrella para que aparezca en el centro del ocular.