Desde 1974 Hulse y Taylor han estudiado campos gravitacionales más fuertes en pulsares binarios.
En estos ambientes, a escalas de sistemas solares típicos, la relatividad general ha sido probada bastante bien.
Algunos han interpretado a la materia oscura o la energía oscura como la posible causa del fracaso de la teoría de Einstein a grandes distancias, pequeñas aceleraciones, o pequeñas curvaturas.
De manera similar a la forma en que los átomos y moléculas emiten radiación electromagnética, una masa gravitatoria que está en una vibración tipo cuadrupolo o de orden superior, o es asimétrico y en rotación, pueden emitir ondas gravitacionales.
Estas ondas gravitacionales se prevé que viajan a la velocidad de la luz.
Se observaron varios efectos relativistas distintos, incluyendo la degradación orbital como en el sistema Hulse-Taylor.
La relatividad general predice las ondas gravitacionales, al igual que cualquier teoría de la gravitación que obedece a la relatividad especial y por lo tanto los cambios en el campo gravitatorio se propagan a una velocidad finita.
Dado que las ondas gravitacionales pueden ser detectadas directamente, es posible utilizarlas para aprender sobre el Universo.
La prueba más temprana fue la predicción y el descubrimiento de la expansión del universo.