Saludemos la patria orgullosos De hijos suyos podernos llamar; Y juremos la vida animosos, Sin descanso a su bien consagrar.
Le protege una férrea barrera Contra el choque de ruin deslealtad, Desde el día que en su alta bandera Con su sangre escribió: ¡LIBERTAD!
Libertad es su dogma, es su guía Que mil veces logró defender; Y otras tantas, de audaz tiranía Rechazar el odioso poder.
No desmaya en su innata bravura, En cada hombre hay un héroe inmortal Que sabrá mantenerse a la altura De su antiguo valor proverbial.
Todos son abnegados, y fieles Al prestigio del bélico ardor Con que siempre segaron laureles De la patria salvando el honor.
Wan tay inak te mukwepki tik ne ujti Pal kipiate keman musewi musewij Kiputzawase ipal ya nemi Kipalewki se ketzal tet.