Se le reconocen efectos antioxidantes y otros propios de los flavonoides que contiene.[cita requerida] El nombre de esta bebida recuerda al jardín de las Hespérides (posible mitización antigua de España), ya que en las islas donde se encontraba tal jardín se encontraban mágicas o doradas manzanas custodiadas por las Hespérides, tales "manzanas doradas" serían las naranjas que, acorde el mito griego, solo Hércules pudo llevar a lo que hoy es Europa.Al vislumbrar el potencial de su bebida, Bagley comenzó a planificar una campaña publicitaria original y vanguardista para la época:[3] un día como cualquier otro los porteños comenzaron a ver las calles pintadas con enormes letreros con la frase “Se viene la Hesperidina”.La curiosidad invadió a gran parte de los 140.000 habitantes que en aquel entonces tenía Buenos Aires.Hesperidina también estuvo presente en la guerra de la Triple Alianza (1864–1870), más precisamente en las tiendas de campaña para “revitalizar a los heridos”, gracias a sus propiedades terapéuticas que contrarrestaban problemas estomacales originados principalmente por la poca potabilidad del agua.Entre ellos es efectiva contra las úlceras varicosas, hemorroides, várices, hipertensión, reducción del colesterol, disminución de dolores, artritis reumatoidea, etc. Hesperidina aparece en tres cuentos de Julio Cortázar: Casa tomada, Tía en apuros y Circe.Por otra parte el gran explorador Francisco Pascasio Moreno, conocido vulgarmente como "el Perito Moreno", llevaba siempre botellas de Hesperidina en sus largas y crudas excursiones como fiel compañera para atenuar la rudeza del clima.
Otro diseño de la botella.
Publicidad del año 1919.
El sello Hesperidina (1866) fue impreso en los Estados Unidos para evitar falsificaciones.