Hans Martin Sutermeister

La novela fue prohibida en la Alemania nazi[13]​ y critica fuertemente al protestantismo ortodoxo de su época, practicado por su padre Federico Sutermeister.[14]​ Durante la Segunda Guerra Mundial, Suiza era neutra, pero estaba bajo fuerte presión de cooperar con los países vecinos fascistas, Alemania e Italia.[17]​ Sutermeister hace alusión a que, como en otras áreas de la vida, la ontogenia seguiría a la filogenia; así, según Sutermeister, el recién-nacido comienza su existencia con el llanto, para ya sacudido por las primeras impresiones del mundo exterior después del parto.Sólo gradualmente adquiriría un comportamiento más adecuado y ganaría así un dominio progresivo de esas influencias externas, lo que lo llevaría hasta la risa.De la misma manera, la risa es, para Sutermeister, una forma primitiva del “contacto social” entre el niño y la madre.Mientras que el llanto significaría psicológicamente (como reflejo de protección) una retirada en sí aún, la risa sería más expansiva y, como ya habrían demostrado Thomas Hobbes y Charles Darwin, es básicamente agresivo.Por otro lado, en su risa, el individuo también podría librarse de resentimientos frente al grupo; él puede así, sobre todo, “desahogarse”, en una forma socialmente inofensiva, de instintos primitivos, que desgraciadamente nunca pueden ser sublimados sin dejar vestigios.Pero desde Charles Darwin y Alfred Adler se sabe, según Sutermeister, que la agresión tendría un papel mucho mayor en esta regresión.Primero, una asociación inesperada asusta al ser humano de sorpresa y muchas veces por un sentido agresivo y quitando provecho de una regresión a la “pre-lógica afectiva” (Sutermeister se refiere a Lucien Lévy-Bruhl).[17]​ La sonrisa es, para Sutermeister, una forma más “cortical” y desempeña, de acuerdo con Alfred Stern, el importante papel de una “ficción social benéfica” porque desvaloriza los valores negativos que se oponen al contacto social.La “sonrisa de bienvenida” desvalorizaría así el “negativismo” primitivo que se opone cada nuevo conocimiento, etc.Pero fue también propuesto el humor como recurso terapéutico en las depresiones y neurosis (que el autor reconoce en sí aún en otros textos anteriores), entre otras cosas, e incluso para la higiene mental contra represiones/recalques afectivos, a los que la civilización moderna tendería a forzarse cada vez más.Especialmente la película cómica parece, para Sutermeister, tener un efecto benéfico, y tal vez incluso los “cartoons” estadounidenses, concebida como forma industrializada de humor.Klaesi no concuerda con que Sutermeister, en la parte sobre el humor en la Antigüedad clásica, alega que el hombre prehistórico y Johann Wolfgang von Goethe habrían carecido de sentido de humor.
Caricatura de Sutermeister de Klaus Peter Cadsky , 1971
Sutermeister toca el bandoneón durante una reunión de la organización estudiantil Zofingia , años 1930 o 1940