[2] Tradicionalmente se postulaba que las "potencias del alma" eran «memoria, inteligencia y voluntad».
[5] Según el filósofo José Antonio Marina, esto se debe a una mala interpretación.
[6] Las habilidades intelectuales son susceptibles de medición, entrenamiento[1] y mejora en un cierto grado.
Asimismo pueden verse transitoriamente aumentadas por el interés, entusiasmo, optimismo, actitud positiva o ciertas sustancias psicoactivas.
[9] La medición precisa de una determinada habilidad intelectual de una persona en concreto es importante en varias situaciones: Debe destacarse que una persona puede padecer dificultades en el aprendizaje o trastornos del lenguaje que realmente no afectan a sus habilidades intelectuales, pero sí pueden afectar a las puntuaciones que obtenga en test de esas habilidades si esos test no tienen en cuenta esas dificultades o trastornos.