Guerra cultural

[3]​ Según el historiador italiano Steven Forti, las guerras culturales son una de las estrategias principales utilizadas para polarizar a la sociedad e ir ganando influencia social (y electoral).El objetivo era alcanzar la hegemonía ideológica, un término tomado prestado del marxista italiano Antonio Gramsci.Aún más, no sólo existe un número de asuntos divisivos, sino que la sociedad se ha dividido a lo largo de esencialmente las mismas líneas en estos asuntos, hasta constituir dos grupos contendientes, definidos principalmente no por religión nominal, etnicidad, clase social, o incluso afiliación política, sino por cosmovisiones ideológicas.Hunter caracteriza esta polaridad como proveniente de impulsos opuestos, a los que él se refiere como Progresismo y Ortodoxia.Por ejemplo, el comentarista de Fox News, Bill O'Reilly enfatiza diferencias entre "progresistas secularistas" y "tradicionalistas".Además de criticar a ecologistas y al feminismo, señaló la moralidad pública como un asunto fundamental:La agenda Clinton & Clinton [Bill y Hillary] impondría en los Estados Unidos el aborto por pedido, una prueba tornasol para la Suprema Corte, derechos homosexuales, discriminación contra escuelas religiosas, mujeres en unidades de combate— esto es cambio, cierto.La frase "guerras culturales" también se ha usado para describir la actitud del gobierno de Stephen Harper hacia la comunidad artística.[29]​[30]​ Dos primeros ministros australianos, Paul Keating (1991–1996) y John Howard (1996–2007) se volvieron participantes importantes en estas "guerras".Según el análisis de Mark Mckenna para la Biblioteca Parlamentaria Australiana, John Howard opinó que Paul Keating retrató la Australia pre-Whitlam (primer ministro de 1972 a 1975) con una luz demasiado negativa; mientras Keating buscó distanciar al moderno Partido Laborista Australiano de su apoyo histórico a la monarquía y la política Australia Blanca, argumentando que habían sido los partidos australianos conservadores los que habían bloqueado el progreso nacional y permanecido excesivamente leales al Imperio Británico.En 1999, después de la publicación del reporte Bringing Them Home («Traerlos a casa») en 1998, Howard aprobó una Moción de Reconciliación parlamentaria, que describe el trato a los aborígenes como el "capítulo más vergonzoso" en la historia australiana, pero no hizo una disculpa parlamentaria.[32]​ Howard vio una disculpa como inapropiada en cuanto implica "culpa intergeneracional", y opinó que "las medidas" prácticas son una mejor respuesta a la desventaja aborigen contemporánea.Keating ha cabildeado por la erradicación de símbolos restantes que vinculan con los orígenes británicos: incluyendo la celebración del Día ANZAC, la bandera australiana y la monarquía en Australia, mientras Howard apoyó estos aspectos.[cita requerida] También en 2006, el editor político Peter Hartcher, del Sydney Morning Herald, informó que Kevin Rudd, portavoz de asuntos extranjeros de la oposición, había entrado al debate filosófico al responder que "John Howard es culpable de perpetrar 'un fraude' en lo que llama guerra cultural ... diseñada no para hacer un cambio real, sino para encubrir el daño causado por las políticas económicas del Gobierno".Rudd hizo una disculpa oficial a la Generación Robada[36]​ aborigen con el apoyo de las dos grandes fuerzas políticas.[37]​ Al igual que Keating, Rudd apoyó una república australiana, pero, en contraste con Keating, Rudd declaró su apoyo a la bandera australiana y la conmemoración del ANZAC; además expresó admiración por el fundador del Partido Liberal Robert Menzies.
Manifestación por la Proposición 8, un elemento en la papeleta de California en 2008 para prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo
Bismarck (Izquierda) y el Papa, de la revista satírica alemana Kladderadatsch , 1875
Patrick Buchanan en 2008
43.º Presidente George W. Bush, Donald Rumsfeld , y Paul Wolfowitz fueron neoconservadores prominentes en los años 2000.