También fue diputado y empresario de una compañía que construía líneas ferroviarias.Es conocido por su actuación en la ocupación de la Araucanía, entre 1862 y 1883, concurriendo activamente durante el sostenido proceso para incorporar aquella región histórica a Chile y también a sus habitantes, el pueblo mapuche.Fue además el comandante que dirigió las últimas operaciones en la zona, consolidando el dominio chileno en aquel territorio.[1] Su padre fue Venancio Urrutia Manrique de Lara y su madre Jesús Venegas Bahamonde, quienes tuvieron nueve hijos, entre ellos Gregorio.[1] En su juventud se destacó por ser un hombre culto y amante de la literatura clásica.También se interesó por los adelantos científicos de la época, lo que posteriormente le sería útil en su labor en la Araucanía.[2] Fue recomendado especialmente por su actuación en esta última batalla y ascendido a capitán.Asumió también el mando del Regimiento Zapadores, cuerpo militar que había sido recientemente creado y con el cual llevaría a cabo durante el avance trabajos como la apertura de caminos, construcción de edificios, tendido telegráfico, entre otros.Durante el avance procuró un buen trato con el pueblo mapuche, obteniendo la simpatía de los grupos vecinos de las poblaciones que había establecido,[9] evitó ofenderles y castigó algunos excesos cometidos por oficiales o soldados.[10] En todos mis actos he procurado hacer la ocupacion araucana convenciendo al indio de las ventajas de la civilizacion, tratándolos con cariño, ayudándolos en sus pleitos, prestándoles la proteccion debida [...] Me impuse como norma de conducta invariable no mentirles nunca, ni faltarles jamas a las promesas que les hacia [...] Atendia lo mejor posible a los indios pobres facilitándoles bueyes para sus trabajos, dándoles semillas i hasta les ayudaba en sus cosechas con mis soldados.Para estimularlos al trabajo les compraba maderas, aunque fuesen mal trabajadas, [...] Este fué mi gran secreto para ocupar la Araucanía sin derramar una gota de sangre sino en caso de guerra.A comienzos de 1881 comenzó a germinar en la Araucanía un nuevo alzamiento mapuche contra la ocupación chilena, por lo que el presidente Aníbal Pinto requirió nuevamente sus servicios en la zona por su experiencia anterior.[12] En Collipulli organizó una división y en la ribera sur del río Traiguén construyó el fuerte Victoria.Con este fuerte cerró la única puerta de comunicación que quedaba entre las tribus arribanas y las abajinas.Luego procedió a combatir a los mapuches sublevados, contienda que duró doce días y en ella perecieron casi todos los caciques rebeldes que se habían refugiado en la cadena de cerros del Ñielol,[5] centro y guarida de la resistencia mapuche.En noviembre de ese mismo año volvió a enfrentar un nuevo levantamiento mapuche al que también logró aplastar.
Fotografía de los miembros que conformaron la Junta de Iquique de 1891. Urrutia está al lado derecho de los que están parados, el penúltimo.