Acompañó a Berlín a su gran amigo el poeta y dramaturgo Eulogio Florentino Sanz, nombrado secretario de la legación española, aunque volvió enseguida.
Fue uno de los historiadores que mejor profundizó en las colecciones del Prado.
Poco después decidió emprender otro proyecto colosal: publicar un libro sobre la vida y obra de Diego Velázquez.
Para ello tuvo que estudiar a fondo la colección de Rubens, de lo que derivó su libro Rubens, diplomático español, primera obra seria sobre el pintor.
Actualizó y revisó el catálogo sumario de pinturas realizado en 1854, inspeccionando todas las colecciones presentes en el Museo hasta conseguir una publicación digna en 1865, el Catálogo provisional, historial y razonado del Museo Nacional de Pinturas.