Golpe de Estado en Paraguay de 1989

Dichos comicios, considerados los primeros auténticamente democráticos en la historia del país, lo consagraron como presidente, cargo que ocupó hasta 1993.Este cambio coincidió, en cierta medida, con el retorno a regímenes democráticos en otros países vecinos durante la década de 1980.El régimen soviético disminuyó su interés en América Latina, lo que redujo las justificaciones del gobierno estadounidense para continuar apoyando a dictaduras anticomunistas como la de Stroessner.Manifestaciones recurrentes organizadas por estudiantes, la Iglesia católica, sectores de la oposición y actores internacionales presionaron al régimen.Incluso dentro del Partido Colorado comenzaron a surgir voces críticas contra las políticas autoritarias de Stroessner.La visita del papa Juan Pablo II en mayo de 1988 fue un acontecimiento clave que fortaleció la postura de la Iglesia Católica, la cual había denunciado sistemáticamente las violaciones a los derechos humanos, y brindó respaldo al pueblo paraguayo en su clamor por mayor libertad.Esta idea fue rechazada por la mayoría de los altos mandos militares e importantes dirigentes del partido, lo que provocó una división interna.[16]​ Pese a su avanzada edad y estado de salud, Alfredo Stroessner decidió postularse nuevamente para el periodo presidencial 1988-1993.Ante este panorama, los tradicionales comenzaron a colaborar discretamente con la oposición política para planificar el eventual derrocamiento del dictador.No obstante, muchos, incluido el propio presidente Stroessner, se mostraron escépticos sobre la veracidad de esta afirmación, debido al parentesco político entre ambos altos mandos militares.Aunque intentó refugiarse en el Comando en Jefe, las fuerzas sublevadas ya habían iniciado sus acciones, asegurando el control de varios puntos estratégicos en la capital paraguaya.