Una vez entregado el castillo, Alcibíades, notorio por su estilo iracundo que le valió el apodo el Belicoso, mandó saquearlo e incendiarlo casi por completo.
[3] Durante el mandato del príncipe-obispo Johann Philipp von Gebsattel (1599-1609), el entonces castillo en ruinas fue ampliamente reconstruido como schloss de arquitectura renacentista, amueblado y decorado al estilo principesco.
[7] Las defensas bajomedievales fueron restauradas y reincorporadas a la estructura, sustituyendo las torres de muralla del siglo xv por otras más grandes con aspilleras escalonadas adaptadas al disparo con mosquetes.
[3] Sin embargo, a pesar de estas mejoras, el propósito militar del castillo y su desempeño como fortaleza se había quedado en el pasado.
[7] Durante la guerra de los Treinta Años (1618-1648), el complejo, sorprendentemente, permaneció intacto, al tiempo que en Scheßlitz casi no quedaban edificios en pie.
Ya que el mantenimiento de las instalaciones durante este tiempo se limitaba a lo estrictamente necesario, es cuando empieza el deterioro del castillo.
[3] Con la secularización de Franconia (1802), las propiedades en torno al castillo fueron liquidadas por separado (vendidas a particulares e instituciones civiles).
Tampoco ayudó que una década después, en 1819, el conde de Giech, Friedrich Karl Herrmann, adquiriera el castillo del Reino de Baviera, ya que no se realizó ningún cambio fundamental en esa época.