Garçonne

Así comenzaron a aparecer siluetas más «masculinas», acompañadas del cabello corto como el estilo bob cut o el Shingle bob y embutidas en esmoquin o en traje y corbata.

Las flappers norteamericanas eran mujeres atrevidas y con peinados cortos que se caracterizaban por romper las barreras de la "moralidad" tradicional, vistiendo con faldas cortas, fumando y bebiendo como hombres, su estilo se mezclaba entre lo femenino y lo masculino, mostrando detalles terriblemente delicados (sus collares, guantes, zapatos y bolsos) y otros soberanamente brutos (ademanes, comportamientos, formas de hablar...); Mientras las garçonnes europeas eran mujeres que prácticamente se habían travestido en los que sus rasgos externos se refiere, ocultando casi toda su fisonomía del sexo femenino para que así no se asociara su feminidad con el sexo débil: su filosofía era que físicamente y a primera vista eran iguales a un hombre, por lo tanto podrían ser tratadas con la misma igualdad que uno.

Mostraban una moda unisex, donde ciertos accesorios tomaron protagonismo, y así se observó el auge entre ellas de los monóculos, bastones y boquillas, que hasta entonces habían sido complementos para hombres.

Al contrario, preferían la suavidad y la educación como mejor medio para dialogar.

A pesar de todo, las garçonnes disfrutaban permitiéndose un toque femenino aquí y allá, un pequeño detalle casi imperceptible para ojos ajenos, como un reloj de mujer o una manicura excelente.

Marlene Dietrich vestida de garçonne en 1933. El prefecto de policía de París, Chiappe, había amenazado con detenerla si se mostraba de forma pública vestida de hombre.