En La Orotava, la familia Miranda era considerada gente distinguida e ilustre, a diferencia de lo que sucedía en Caracas.
Grave, verdaderamente grave, fue el enfrentamiento de Miranda, padre, con dos mantuanos de fuste, como Nicolás de Ponte y Martín Tovar Blanco, cuyos descendientes terminaron contándose entre los republicanos, enfrentamiento que sólo se solucionó cuando el rey Carlos III ordenó a los caraqueños que se le permitiese a Miranda el uso del uniforme y el bastón por considerárselo hidalgo, lo cual ocurrió en 1772, cuando su hijo Sebastián Francisco ya tenía un año fuera de Venezuela.
Parece como si éstos empezaron a crear intrigas para desacreditarle y anularle en la vida pública.
En 1771, Miranda inició un largo periplo alrededor del mundo que duró la mayor parte de su vida.
Durante sus primeros días estuvo hospedado en una posada hasta que logró trasladarse a una vivienda particular, en la que se instaló de forma cuidadosa e inició sus primeros estudios en la ciudad con lecciones de Matemáticas, Geografía y de los idiomas inglés y francés, iniciando así un aprendizaje que no sólo comprendía la formación académica, sino también recorridos minuciosos por la ciudad y sus alrededores.
Asimismo, se ejercitó con la geografía mediante el uso de mapas y globos terráqueos y, como quería presentarse para obtener el grado de Capitán en el Ejército real, se empeñó en estudiar táctica, arte militar, arquitectura militar, ingeniería militar, artillería, fortificación y ataque de plazas.
En dicha acción, Miranda presentó al comandante español Juan Sherlock un plan para inutilizar la artillería enemiga mediante una especie de operación tipo comando que él mismo estaba dispuesto a dirigir.
En 1781 se preparó un ataque contra Pensacola en la Florida en una acción conjunta en la que debían participar las fuerzas españolas de Luisiana y la flota expedicionaria.
Miranda fue ascendido a teniente coronel por su labor en la planificación y estudio del terreno.
Con la información obtenida, Miranda volvió a Cuba y, tras tocar tierra en Batabanó, envió un informe al capitán general de Cuba con detalles muy precisos sobre las operaciones y capacidad de las tropas británicas en el sector.
También conoció a otros personajes como el general Henry Knox o Samuel Adams.
En Londres, Miranda fue vigilado discretamente por los españoles ante las sospechas de traición que recaían sobre él.
En París, hizo amistad con los girondinos Jacques Pierre Brissot y Jérôme Pétion de Villeneuve.
Sirvió brevemente como general en una sección del Ejército revolucionario francés (llamado entonces «La Convención») que luchó en la campaña de 1792 para detener el avance del ejército prusiano, dirigido por el duque de Brunswick-Luneburgo, cuyo objetivo era invadir Francia desde los Países Bajos.
El imperio estaría bajo dirección de un emperador hereditario llamado Inca para apaciguar a las etnias indígenas y tendría una legislatura bicameral.
Fue Smith quien le puso en contacto con el armador y contrabandista estadounidense Samuel G. Ogden, propietario de una corbeta que Miranda contrató y que rebautizó en inglés con el nombre de su hijo Leandro.
[20] Su intención era desembarcar posteriormente en Venezuela, obtener el apoyo de la población y comenzar la lucha definitiva por la independencia.
El gobernador británico de Trinidad, sir Thomas Hislop le facilitó a Miranda buques y pertrechos.
En la madrugada del día 3, mientras los buques descargaban su artillería, Miranda y sus hombres se precipitan a tierra.
Ese mismo día, en lo alto del Fortín de La Vela, la bandera venezolana tricolor fue izada por primera vez.
No obstante, al no encontrar apoyo popular, se reembarcó diez días después con rumbo a Aruba y luego de algún tiempo en Trinidad como huésped del gobernador Hyslop se dirige a Inglaterra.
[24][25][26] El 19 de abril de 1810, Venezuela inició su proceso independentista, por lo que Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello persuadieron a Miranda, en misión diplomática en Londres, para que volviera a su tierra natal.
En Venezuela se honra con el nombre de Miranda a distintas avenidas, calles, plazas, autopistas y parques.
Asimismo, lleva su nombre la tercera entidad más poblada del país, después de Zulia y Caracas, el estado Miranda.
Además de traducir del latín y del griego, Miranda manejaba varias lenguas modernas (alemán,[31] español, francés, inglés e italiano), conocía el latín y el griego e incluso escribía utilizando varios idiomas.
Su actividad intelectual abarcaba los más diversos temas aparte de los políticos, filosóficos y militares.
A partir de entonces se dedicó a las actividades bancarias; en los años siguientes realizó viajes por Europa y el Medio Oriente y en julio de 1839 estrenó su cargo en Caracas como director del Banco Colonial Británico, primera institución bancaria fundada en Venezuela.
Con la quiebra del banco, Leandro se traslada a Perú como representante diplomático de Venezuela.
Al retirarse, viajó por Francia e Italia, y sus últimos días los pasó en París».
El pedestal se asienta sobre un mausoleo simbólico decorado con motivos funerarios y con las puertas abiertas.