Francisco Antonio de Escandón

Se hizo fama como orador sagrado, tanto que el rey Felipe V lo nombró predicador de la capilla real.También aprovechó para aportar mayor número de personas y dignidades para el esplendor del culto divino en ella.Desplegó una activa labor misional llevando la visita de la diócesis hasta la frontera, donde los araucanos mantenían aún la guerra contra los españoles.Pero le fue muy difícil llegar hasta Chiloé, distante a 300 leguas de Penco, y se conformó con enviar delegados.Durante este siniestro Escandón corrió grave riesgo de muerte y socorrió a los infelices pobladores con sus propios recursos.Luego salió de la ciudad, marchando hacia el sur y llegando a Ica, donde estuvo tres meses.El arzobispo Escandón alcanzó a quietar los ánimos y devolver la paz al monasterio.En 1735 proporcionó más extensión al beaterio de Amparadas o Recogidas agregándole un nuevo local.