Fue el más notable cultivador del estilo dieciochesco en la capital de la Nueva España, traduciendo el rococó galante a un lenguaje mexicano.Esta capilla está construida en el llamado estilo "barroco de transición", pues contiene elementos del barroco tardío (ultrabarroco) entremezclados con elementos del incipiente estilo neoclásico.[3] Empero, no existen los planos de Guerrero y Torres, pero sí los de las modificaciones que le hiciera Ignacio Castera, quien se desenvolvió más bien en un lenguaje neoclásico.En todo caso, la obra no se realizó sino hasta 1795, tres años después de muerto Guerrero y Torres.Esta frase se suele atribuir al barón de Humboldt, pero fue pronunciada por el viajero inglés Charles La Trobe.