En la Universidad de Alcalá de Henares obtuvo los títulos de bachiller en Filosofía y en Teología, materia esta última en la que se licenció (1798) y se doctoró después.
Allí fue también catedrático de árabe dos años y de hebreo tres, y alcanzó alguna fama como predicador.
Por otra parte, también ingresó en la Real Academia Española de la Lengua en 1814, donde llegó a ser secretario perpetuo.
Inició su carrera en la Biblioteca Real el 30 de enero de 1802 como oficial supernumerario sin sueldo especialista en hebreo, para suplir la baja por defunción de Tomás Antonio Sánchez, y fue subiendo el escalafón hasta que desde 1829 obtuvo el grado de Bibliotecario Mayor, que desempeñó hasta su fallecimiento en 1833, aunque ya lo había sido interinamente desde 1816 a 1829 por la ausencia del titular Juan de Escoiquiz.
Falleció en Madrid el 23 de octubre de 1833; se conserva un retrato suyo obra del pintor Bernardo López Piquer.