Florentín Giménez

En su adolescencia, la batería fue el instrumento que más llamó su atención y luego de aprender a ejecutarla, integró la Orquesta de Música Popular dirigida por el maestro Severo Rodas.

Al terminar la contienda fratricida, ese mismo año, retornó al Paraguay y formó su primera orquesta, “Ritmos de América”, la cual ejecuta composiciones cuyos arreglos orquestales él se encargaba de escribir, alcanzando el grupo, al poco tiempo, un notable sitial de privilegio por los éxitos obtenidos en sus preparaciones.

Esta orquesta, única en su conformación, por sus éxitos singulares logra transformar el ambiente musical de entonces.

Recorre con mucho suceso, con la representación de Humberto Rubin, varias provincias argentinas tales como: Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Misiones, Salta, Jujuy, Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero y Formosa, explica un documento de la época.

En 1956, por culpa de lo que él denominaría falta de tranquilidad personal, tan necesaria para desarrollar toda actividad fecunda y creativa, y la gran necesidad de seguir creciendo en conocimiento, abandona el Paraguay, en forma silenciosa, dejando detrás de sí unos sinnúmeros de logros personales ganados a través de la música, y se lanza a la aventura de conquistar el mercado rioplatense, comenzando todo de nuevo en un ambiente totalmente nuevo para él, pero sabiendo que allí le esperaban una colectividad artística conformada por José Asunción Flores, Francisco Alvarenga, Demetrio Ortiz, Emigdio Ayala Báez, Herminio Giménez, Jacinto Herrera, Juan Escobar y tantos otros que ya habían demostrado sus quilates como autores, compositores y directores de orquestas en la capital Reina del Plata, logrando difundir, jerarquizar, y dignificar la música paraguaya en tan importante mercado; Florentín Giménez iba para sumar su aporte a tan enorme tarea.

Otras obras sinfónicas son: “Fantasía Étnica”, “Misa Paraguaya”, para solista, coro y orquesta, escribió además comedias musicales y zarzuelas paraguayas como: “San Juan dice que sí”,”Perúrima”, con Alcibiades González Delvalle; “Romero y Julieta”, ”Loma Tarumâ”, “Kurusu Cañete”, con Mario Halley Mora, entre otros.