Este hecho histórico inspiró una prueba deportiva del atletismo moderno: la carrera de resistencia llamada maratón.
Si llegó realmente a recorrer los 213 km que separan Atenas de Esparta en dos días, por terreno escabroso, sería una hazaña no imposible,[nota 3] pero sí digna de recordar.
Heródoto, en realidad, no relató la carrera desde Maratón a Atenas de Filípides, pero sí la marcha del ejército griego, que recorrió a toda prisa la distancia entre Maratón y Atenas.
Esto fue porque los persas, recién embarcados en sus navíos tras su derrota en Maratón, podían rodear la península ática en poco tiempo y tomar una indefensa Atenas.
Pero para cuando los persas avistaron la ciudad, los soldados griegos ya habían llegado a ella y, viendo que la ciudad estaba bien defendida, decidieron dar media vuelta y volver a Persia.