En su mayor parte son diésel, desde 2004 no se emplean locomotoras de vapor (excepto en paseos turísticos), antes, muy comunes en los centrales azucareros.
Otros servicios nacionales parten de La Habana hacia Pinar del Río, Cienfuegos, Sancti Spiritus, Holguín, Manzanillo y Guantánamo.
Sería el primer ferrocarril en América Latina y el segundo país en el continente americano, solo después de Estados Unidos.
La conexión con Matanzas mejoraría años después con la construcción de un ramal directo entre Güines y esa ciudad en 1861.
El trazado entre Jovellanos y Los Arabos forma parte hoy del Ferrocarril Central de Cuba.
En 1842 se abre el primer tramo del Ferrocarril del Júcaro (un embarcadero situado en la misma bahía de Cárdenas, unos kilómetros al este de dicha ciudad, actualmente desaparecido), hasta Recreo (hoy Máximo Gómez).
Siguiendo hacia el este, llega a Navajas (Pedro Betancourt) en 1849 donde entronca con el Ferrocarril de Cárdenas, se unen así las tres redes primigenias.
Un ramal al sur, partiendo de Navajas alcanzó Jagüey Grande en 1878, el cual fue demolido en los años 1970.
Sin embargo, tardaría varios años en avanzar más allá de Candelaria (1866) y San Cristóbal (1871), alcanzando su destino final, Pinar del Río, solo en 1894.
Al inicio abarcaría una red de 12 km y tendría una influencia importante en la expansión del conglomerado urbano habanero hacia el oeste.
El primer tramo llega a Jaruco en 1860 y empalma con el ferrocarril Matanzas-Güines cerca de Ceiba Mocha en 1862.
Solo años después en 1885, se completaría el tramo directo entre Santo Domingo y La Esperanza con un puente sobre el río Sagua La Grande, el cual se corresponde con el actual trazado de la línea central en el acceso a Santa Clara.
De esa forma se logró por primera vez conexión entre la costa norte y sur en el centro del país.
Factores como la menor densidad poblacional, la geografía, el escaso desarrollo de la industria azucarera y la primera guerra por la independencia cubana (1868-1878), lo impidieron.
Los hacendados promotores de esta línea se proponían extenderla hasta la vecina Sancti Spiritus, algo que no sucedería.
Su primer tramo que partía del puerto sureño de Júcaro se extendía en 1871 solo por escasos kilómetros.
Para llegar a Santiago desde San Luis, la empresa adquirió el Ferrocarril de Maroto y Sabanilla.
El Ferrocarril de Guantánamo se extendió hacia el oeste hasta unirse con la línea del Ferrocarril de Cuba, en 1907, también en San Luis, que se convertiría así en el nodo principal en Oriente, estatus que mantiene hasta la actualidad.
Entre 1910 y 1914, desde Sagua se extendió un nuevo ramal hacia el oeste hasta Corralillo con una conexión a Quemado de Güines concluida en 1917.
[6][7] En 1916 se inicia la construcción de una nueva conexión entre La Habana y Matanzas siguiendo un trayecto cercano a la costa norte.
En octubre de 1922 se abre la conexión entre La Habana (Casablanca) y Matanzas (Versalles) en toda su extensión, ya con tracción eléctrica.
Las redes ferroviarias que daban servicio a la industria azucarera, para el acarreo de caña y comunicación con los puertos también crecieron considerablemente en la mitad oriental del país.
Esta red desapareció ya en el siglo XXI al demolerse el Central Frank País.
En 1912, esta misma compañía habanera absorbe al Ferrocarril del Oeste (aunque la adquisición no se legaliza por el gobierno cubano hasta 1921) culminando así el proceso de consolidación en las tres provincias occidentales.
Esta compañía, con oficina central y talleres en Camagüey, dominó la mitad oriental del país con 2295 km de vías públicas.
Una vez establecido el sistema socialista en la isla, la economía cubana se orienta e integra fundamentalmente con la Unión Soviética y el Bloque del Este Europeo, en el CAME.
Ese nuevo estatus económico-comercial le permitiría a la isla adquirir maquinaria ferroviaria en condiciones ventajosas, sin necesariamente tener que pagar en divisas fuertes.
Con fines turísticos funcionan paseos en trenes movidos por vapor en Cárdenas, Holguín (Rafael Freyre), Trinidad y La Habana (Parque Lenin).
Otro pequeño museo funciona en la Estación de Bejucal, correspondiente al primer ferrocarril cubano.
Con la desintegración de la URSS en 1991 y el colapso del campo socialista la economía cubana entra en una grave crisis, llamada en Cuba “Período Especial”, la cual tuvo también serias consecuencias para el transporte ferroviario.