Además, el grupo empresarial de la familia, conocido como el Imperio Prado, tuvo su apogeo desde inicios del siglo XX hasta los años 1960, consolidándose como un actor clave en la economía nacional.
Juntos, adquirieron vastas propiedades agrícolas que se convirtieron en una fuente constante de riqueza para la familia.
En 1865, llegó a la presidencia del Perú, liderando al país en la guerra contra España y promoviendo la modernización de las fuerzas armadas.
Bajo su liderazgo, el Banco Popular diversificó sus operaciones, consolidándose como una de las instituciones financieras más importantes del país.
Prado Hudebert no solo fortaleció la banca tradicional, sino que también incursionó en sectores como la exportación de productos agrícolas y la infraestructura.
Su liderazgo se caracterizó por el compromiso con el desarrollo sostenible, promoviendo iniciativas que impulsaban tanto la rentabilidad como el bienestar social.
Mariano Prado Sosa, conocido como 'Marianito', fue un símbolo de la élite limeña en la primera mitad del siglo XX.
A su padre, Mariano Prado Heudebert, le fue aplicada una condena judicial que generó un gran escándalo.
Además del banco, los Prado tenían un vasto conglomerado empresarial que abarcaba diversos sectores clave de la economía peruana.
Este conjunto de negocios les permitió a los Prado mantenerse como una familia extremadamente influyente en el ámbito económico y político del Perú.
Además, poseían importantes medios de comunicación, como el diario *La Crónica*, consolidando su poderío en múltiples frentes.
La riqueza de los Prado se extendía a propiedades, inversiones inmobiliarias, y activos industriales, lo que les permitió consolidarse como un verdadero imperio económico.
El gobierno de Velasco confiscó sus empresas, acabando con su dominio sobre el Banco Popular y otras industrias clave.