La física atómica incluye tratamientos tanto clásicos como cuánticos, ya que puede tratar sus problemas desde puntos de vista microscópicos y macroscópicos.
En esta etapa, no estaba claro qué eran los átomos, aunque podían ser descritos y clasificados por sus propiedades (en masa).
La invención del sistema periódico de elementos por Dmitri Mendeléyev fue otro gran paso hacia adelante.
Al intentar explicar los espectros atómicos, se reveló un modelo matemático completamente nuevo de la materia.
En lo que respecta a los átomos y sus capas electrónicas, esto no solo dio lugar a una mejor descripción general, es decir, el modelo orbital atómico, sino que también proporcionó una nueva base teórica para la química (química cuántica) y la espectroscopía.
[2] Desde la Segunda Guerra Mundial, tanto los campos teóricos como experimentales han avanzado a un ritmo rápido.
Los avances tecnológicos similares en aceleradores, detectores, generación de campos magnéticos y lásers han ayudado enormemente en el trabajo experimental.
Los modelos atómicos consistirán en un solo núcleo que puede estar rodeado por uno o más electrones enlazados.
Se ocupa de procesos como la ionización y excitación por fotones o colisiones con partículas atómicas.
En este caso, se emite un fotón visible o un rayo X característico, o puede tener lugar un fenómeno conocido como efecto Auger,[6] donde la energía liberada se transfiere a otro electrón ligado, haciendo que entre en el continuo.
Estas fuerzas son extremadamente poderosas a distancias muy pequeñas, pero de corto alcance.