Se casó en 1847, pero habiendo muerto su esposa en 1848, poco después del nacimiento de su hijo Adrien, se volvió a casar en 1852 y siguió su nueva carrera a pesar de las dificultades financieras.
Amante de la naturaleza, pintaba al aire libre y en todos los climas.
Evoca la vida del campo, con los campesinos trabajando en el campo o conduciendo rebaños, las vacas pastando o cruzando un vado, ciervos y venados en el bosque.
Pero también pinta la primavera, los árboles en flor, los cielos azules claros salpicados de nubes ligeras.
Pintó también en Montmartre, a partir de 1848, donde volvería y se instalaría.