Futurología

Entre los futurólogos han destacado los tecnólogos, los inventores y los divulgadores científicos con interés por la sociología, la evolución de la cultura o la psicología social.

La primera corriente es de origen norteamericano; la segunda es europea principalmente francesa: Otras denominaciones son utilizadas en otros contextos culturales.

Así, en el ámbito anglosajón la denominación genérica es futures studies y todo aquello que en ciertos contextos es traducido por prospectiva.

Recientemente, ha aparecido un nuevo concepto foresight, que se ha utilizado profusamente en el Reino Unido y en el ámbito de la Unión Europea, pero que no presenta una especificidad muy clara respecto a los términos futurology o future studies o prescience.

Se ha descubierto que algunos aspectos de predicción del futuro, como la mecánica celeste, son altamente predecibles mediante modelos matemáticos bien conocidos, que además pueden describirse a través de modelos matemáticos relativamente simples.

Tal como se practica actualmente los futuristas o futurólogos especulan sobre el futuro con base en analogías, creatividad e imaginación, más que en modelos formales preestablecidos, ya que se considera que en líneas generales no se conocen modelos matemáticos capaces de pronosticar con precisión la evolución de la tecnología o la estructura de las sociedades humanas.

Para los partidarios del determinismo en cambio, no hay nada externo al sistema que pueda agregar factores imprevisibles.

Anticipar estos sucesos depende del conocimiento de muchísimas disciplinas pero si todo lo supiéramos no habría futuro desconocido o imprevisto.

Un sistema es perfectamente predictible cuando se cumple tres propiedades importantes: Cuando un sistema no es determinista o es caótico, muchas veces sucede que si bien la aparición de ciertos hechos concretos no es predecible, sí pueden darse probabilidades razonables de dichos eventos.

Curiosamente, a los primeros autores visionarios modernos como Julio Verne, Edward Bellamy, e incluso H. G. Wells no fueron caracterizados como futurólogos en su día, sino más bien como los filósofos de la previsión, término estrechamente relacionado.

Hay un aspecto que creo tiene una influencia determinante en el grado acierto de los escenarios para los sucesos futuros y es la injerencia humana.

Los "riesgos existenciales" son de origen reciente y la humanidad no cuenta con mecanismos efectivos para su control.

La ley de Moore es un ejemplo de estudios del futuro; es una colección estadística de tendencias pasadas y presentes con el objetivo de extrapolar con precisión las tendencias futuras.