El espíritu del pueblo (en alemán, Volksgeist) o espíritu nacional es un concepto propio del nacionalismo romántico, que consiste en atribuir a cada nación unos rasgos comunes e inmutables a lo largo de la historia.
Frente al cosmopolitismo ilustrado, Herder defiende la existencia de naciones independientes y diferenciadas, a cada una de las cuales les corresponden unos rasgos constitutivos inmutables (culturales, raciales, psicológicos...) que por lo tanto son ahistóricos, anteriores y superiores a las personas que forman la nación en un momento determinado.
El Volksgeist para Herder: El Volksgeist para Fichte: Por su lado, Johann W. von Goethe, miembro del movimiento Sturm und Drang, se opuso al racionalismo de la Ilustración y proclamó la libertad del sentimiento, al tiempo que asumió la tradición alemana.
[5] Ernst Moritz Arndt, poeta nacionalista alemán, señaló como misión de los jóvenes alemanes la búsqueda de una unidad nacional y entendió a la nación como una comunidad cultural (combinando ideas del clasicismo e ilustración), como una comunidad de destino (bajo la influencia del romanticismo) y como una comunidad política, es decir, un conjunto de hombres libres que se congregan en torno a un Estado (inspirado en el modelo nacional francés).
Frente a esta postura se situaron José Joaquín de Mora y, menos ardientemente, Antonio Alcalá Galiano, cercanos al liberalismo político y contrarios por lo tanto a la introducción del romanticismo conservador representado por Böhl de Faber.