Escuela positivista (criminología)

El positivismo criminológico, también conocido como escuela positivista , es corriente criminológica cuyas principales ideas consisten en la aplicación de los métodos de las ciencias naturales para explicar la delincuencia y que la existencia del fenómeno delictivo, así como la conducta criminal, está determinada biológicamente.

Cesare Lombroso es considerado el fundador de la “Escuela Positivista”, siendo “El hombre delincuente” (1876) su primera y más emblemática obra.

Realizó para probar esta Teoría su primera investigación con 101 cráneos de delincuentes italianos, analizando en qué medida existen semejanzas antropométricas con el hombre primitivo, descendiente del mono.

En este momento es cuando se plantea la concepción plurifactorial de la delincuencia, este nombre responde a que el delito responde a tres órdenes: antropológicas (raza, edad, sexo, constitución física), sociales (educación, adicciones, condiciones económicas) y físicas (clima, estación del año).

Ferri realiza una clasificación de cinco categorías: Charles Goring (1913) no pudo corroborar las características, pero encontró a los criminales más cortos, más ligeros y menos inteligentes, es decir, encontró que la criminalidad es "normal" en lugar de "patológica" (cf.

[2]​ William Sheldon identificó tres cuerpos básicos o somatotipos (endomorfos, mesomorfos y ectomorfos) e introdujo una escala para medir dónde se colocó a cada individuo.

El desarrollo de la genética ha producido otra posible causa inherente de criminalidad, con el cromosoma y otros factores genéticos identificados como significativos para seleccionar la herencia en lugar del medio ambiente como la causa del crimen (véase: Innato o adquirido).

Pero la evidencia es equívoca porque los estudios entre la población penitenciaria simplemente evalúan a los criminales realmente atrapados, lo que podría deberse a que no planearon los delitos adecuadamente o porque no pudieron resistir las técnicas de interrogatorio y admitieron sus delitos.

Para estos fines, la personalidad es el marco de referencia establecido dentro del cual una persona aborda la situación actual y decide cómo comportarse.

Algunas formas de conducta delictiva, como los delitos sexuales, se han meditado con el tratamiento ofrecido junto con el castigo.

Ferri entendía estas medidas preventivas como reformas a reducir los factores sociales de la criminalidad.

Sigmund Freud