Epigrafía latina

Los emperadores romanos eran detentadores del poder de los antiguos tribunos de la plebe, que los convertía en sagrados e inviolables (no se podía levantar la mano sobre ellos), y también los acercaba al pueblo, al menos simbólicamente.

PR X: Aclamado Imperator 10 veces por sus tropas COS IV: Cónsul por cuarta vez; el consulado permaneció vigente durante todo el imperio, incluso tras la caída del Imperio en Roma y Bizancio aunque, por supuesto, sin haber recuperado nunca su relevancia anterior.

No obstante, el consulado siguió siendo un cargo electivo, muy demandado por su prestigio y por la posibilidad que ofrecía para convertirse más tarde en procónsul, gobernador de una provincia.

Su heredero encargó (este monumento).» En primer lugar, se observa la fina calidad del grabado y del relieve, un recordatorio de la importancia que tiene en la epigrafía la consideración que se le da al soporte de la inscripción también, y no sólo a su texto.

Luego adoptó las tria nomina y el nombre del emperador que le había dado la ciudadanía.

Texto latín: «C(aius) IVLIVS C(aii) (filius) GALE/RIA BACCVS LVGV/DVNI MIL(es) COH(ortis) I TH/RACVM ANN(orum) XXXIIX / STIP(endiorum) XV, ANTISTIVS / ATTICVS ET BASSIVS / COMMVNIS H(eredes) F(acendum) C(uraverunt)» Que se podría traducir como: “Cayo Julio Bacco, hijo de Cayo, de la tribu Galeria, originario de Lyon, soldado de la primera cohorte de los tracios, que vivió 38 años, sirvió militarmente 15 años, Antistio Attico y (Antistio) Bassio, sus herederos hicieron comprender (este monumento) en común.» La inscripción es sustancialmente contemporánea a la anterior.

A diferencia del anterior, vemos que aquí el relieve enfatiza la vida civil y el carácter civilizado y romanizado del personaje que mandó hacer la inscripción.

El grabado es hermoso y muestra algunas ligaduras (TI, LI, NI, NN, VM).

La nomenclatura del ciudadano está aquí completa ya que indica su tribu.

Él es originario de Lyon, y su gentilicio Iulius remonta su ciudadanía hasta Julio César o Augusto.

Los trabajadores, en su mayoría esclavos y libertos, empleados en esta industria se llamaban doliarii.

Los antiguos romanos designaban bajo los términos opus doliare de figlinis, opus doliare figlinum, todo lo que se hacía con tierra secada al sol o cocida al fuego.

Estas obras cerámicas recibieron inscripciones que eran signos, caracteres, palabras aisladas o fórmulas enteras y diversas.

Inscripción del Arco de Tito .
Inscripción de las Termas de Vertillum .
CIL XIII 8308. Estela funeraria de Tito Flavio Basso, équite romano. Museo Römisch-Germanisches en Colonia, Alemania.
CIL XIII, 8318