La Epístola a Flora o Carta a Flora es un escrito epistolar del cristianismo primitivo atribuido a Ptolomeo o Tolomeo, destacado discípulo de la escuela occidental o itálica de Valentín en la que es expresada, en forma sencilla e incipiente, una exégesis de la Ley Mosaica del Antiguo Testamento desde la perspectiva gnóstica valentiniana.[4][5] En esta amplia epístola, Ptolomeo realiza una exposición clara y coherente, argumentando la singular comprensión del Antiguo Testamento por parte de la corriente gnóstica valentiniana.[3][4][7][8][9] A su vez, en la Ley proveniente del Dios Justo, Ptolomeo distingue tres partes de desigual valor: Este planteamiento abre paso a Ptolomeo a la exposición de la existencia y naturaleza de una Jerarquía Divina, diferente de la Divinidad Suprema o Dios Padre y del que sin embargo es su imagen, y al que considera Creador o Demiurgo del Universo y todo lo que en él existe.Esta división de la Ley, tal como estamos haciendo, ha arrojado luz sobre lo que hay de verdad en ella.” “Esta parte, La Ley de Dios mismo, es a su vez dividida en tres partes: La legislación pura no entremezclada con mal, propiamente llamada Ley y que el Salvador vino ‘no para abrogar, sino para cumplir’[Mt. 5.17] - pues lo que Él cumplió no le era ajeno, pero precisaba completitud; después la legislación entretejida con inferioridad e injusticia, que el Salvador desechó porque era ajena a Su naturaleza y, finalmente, la legislación que es alegórica y simbólica, imagen de lo espiritual y trascendente, que el Salvador transfirió de lo perceptible y fenomenal a lo espiritual e invisible.” “La Ley de Dios pura y sin interpolaciones inferiores es el Decálogo, las diez frases grabadas sobre las dos tablas, las cuales señalan qué no debe hacerse y mandan qué debe hacerse.Pues el que comete injusticia en segundo lugar no por esto es menos injusto que el primero: sólo varía el orden, la acción realizada es la misma.»” “Ciertamente este era, y todavía es, un mandamiento justo, debido a la debilidad de aquellos a quienes iba dirigida la Ley, de modo que no transgredieran la Ley pura.En su aspecto fenomenal y en su sentido literal fueron abrogadas, pero en su significado espiritual fueron restauradas; los nombres continuaron siendo los mismos pero su contenido fue cambiado [actualizado].” “Así de igual manera, la Ley que reconocemos como proveniente de Dios mismo, está dividida en tres partes.[Mt. 5.21.27.33].” “La segunda parte quedó completamente abrogada, pues el mandamiento “ ojo por ojo” y “diente por diente”[Mt. 5.38] entretejido con injusticia, quedó abrogado por el Salvador mediante su opuesto.Pues las imágenes y símbolos que representan otras cosas fueron adecuados hasta que la Verdad vino, pero cuando la Verdad ha venido, debemos realizar las acciones de la Verdad, no aquellas de la imagen.” “Pues si la Ley no fue ordenada por el mismo Dios Perfecto, como os hemos ya enseñado, ni por el Diablo, quien ni siquiera debiera ser considerado, entonces el legislador debe ser alguien distinto de estos dos.
Ptolomeo, en su
Epístola a Flora
, considera al
Decálogo
como la parte más elevada de la
Ley Mosaica
contenida en el
Pentateuco
Liber Figurarum
de Joaquin de Fiore (siglo
XII
). Como expresión de la doctrina valentiniana, la exégesis del Antiguo Testamento de
Ptolomeo
en su
Epístola
, muestra similitud con algunas de las enseñanzas del
Abad Joaquin de Fiore
.