Senescencia

En esta primera definición no se incluye ninguna referencia a la naturaleza del sistema material ni al hecho de que los cambios supongan un deterioro, aunque este último suele ser el caso debido a que las leyes de la termodinámica conducen inexorablemente a un aumento de la entropía.Una definición más estricta se ceñiría precisamente a aquellas evoluciones en los sistemas que supongan un deterioro del mismo, esto es, a la incapacidad para mantener la estructura, la integridad o el orden interno de dicho sistema.La enciclopedia británica define el envejecimiento como “El cambio gradual e intrínseco en un organismo que conduce a un riesgo creciente de vulnerabilidad, perdida de vigor, enfermedad y muerte.Por eso es conveniente un examen más pormenorizado de sus formulaciones: La vida de un animal (como animal se incluye también al hombre) se suele dividir en distintas épocas [cita requerida]: La edad también se puede dividir en el sistema decimal Es de suponer que la humanidad intentó abordar y realizó especulaciones sobre las causas y posibles formas de combatir el envejecimiento desde el mismo momento en que tomó conciencia del fenómeno.Encontramos en la Grecia clásica los primeros intentos de organizar sistemáticamente los conocimientos por causas (λογος).Aristóteles es el primero que aborda ampliamente una teoría del envejecimiento por causas en los pequeños tratados Sobre la duración y brevedad de la vida: Περί Μακροβιότητος καί βραχυβιότητος, Sobre la vida y la muerte: Περί ζωης καί θανάτου Sobre la respiración: Пερί άναπνοής, incluido en la recopilación conocida como Parva naturalia.Para una época en la que no se disponía de los conocimientos médicos modernos, la idea nos resulta sorprendentemente actual y sugerente.La gran síntesis sobre los conocimientos médicos del envejecimiento la lleva a cabo Gabriele Zerbi en 1489, cuando publica en Roma una obra dedicada al papa Inocencio VIII llamada Gerontocomia scilicet de senum cura atque victu.En una ocasión llegó a decir que se encontraba muy cerca de lograrlo.Joseph Priestley, codescubridor junto con Carl Scheele y Antoine Lavoisier del oxígeno, nos advierte en su tratado Experiments and Observations on Different Kinds of Airs, publicado en 1775 que En este pasaje vemos una síntesis de la teoría aristotélica con su propia idea del gas por el descubierto, que no deja de ser de algún modo anticipativa.No en vano se había publicado recientemente la recopilación de Bekker en Berlín.Sin embargo la implantación de estas ideas tuvo que esperar varias décadas.Más tarde, algunos cirujanos intentaron implantar testículos completos o rebanados dentro del escroto de receptores.Continuó practicando cientos de operaciones, tratando pacientes con dolencias tan diversas como la senilidad, el asma, la epilepsia, la tuberculosis, la diabetes y la gangrena.Quedó fascinado por las fábulas búlgaras de centenarios y adscribió su longevidad al yogur, que era desconocido en Europa occidental en aquel momento.En las últimas ediciones del Origen de las especies, Darwin añadió un capítulo llamado Miscellaneous Objections to the Theory of Natural Selection, en el que respondía a las objeciones que los científicos contemporáneos le planteaban.Resulta inmediatamente aparente que las características observadas en los animales relativas al envejecimiento y la longevidad no encajan con las reglas establecidas por Darwin para la selección natural: puesto que la longevidad es un valor que incrementa el tiempo de supervivencia y las oportunidades de tener descendencia de cualquier organismo, ¿no acabaría la selección natural, si fuera cierta, incrementando progresivamente la longevidad?En otras palabras, la teoría de Darwin predice que los seres vivos no deberían envejecer.Darwin no explicó como un periodo vital limitado beneficia a una especie.La mayor parte de las teorías evolucionistas intentan responder a este dilema.En la actualidad se contempla el envejecimiento como un proceso extremadamente multifactorial, de modo que se han ido abandonando las primeras aproximaciones que establecían una causa concreta, como un único gen o el deterioro de un sistema clave.Algunos autores reclaman la conciliación de ambas tendencias, contemplando el fenómeno global como un conjunto de interacciones complejas de origen intrínseco (genético), extrínseco (ambiental) y estocástico (daño aleatorio a moléculas vitales) En 1882 Weismann propuso formalmente que el envejecimiento era un rasgo evolutivo, una adaptación, que tenía un propósito evolutivo.En ausencia de presiones naturales, como por ejemplo en cautividad, la longevidad adquiriría rápidamente un beneficio en términos reproductivos.Pero en un escenario de elevada mortalidad, supuestamente, según esta teoría, la presión selectiva sobre algunos genes caería con el tiempo.En esencia, para ser de alguna utilidad, el cuerpo debe sobrevivir al menos hasta la edad reproductiva.Poniendo a prueba las predicciones antedichas, se debería según las mismas, establecer un equilibrio óptimo dentro de este compromiso o "trade-off" en el que el mantenimiento del cuerpo se opone al éxito reproductivo.Varios hechos apoyan esta idea: Con excepciones existe una fuerte correlación inversa entre la fecundidad y la longevidad máxima (los ratones serían un ejemplo) y por el contrario, cuando existen factores que aumentan la longevidad, también parece disminuir la fecundidad.En las plantas, el proceso de envejecimiento se aprecia directamente mediante observaciones físicas o procedimientos químicos.Luego que la progenie ha nacido y crecido, el animal puede morir, como de hecho ocurre en muchos organismos.No obstante, estudios recientes han indicado que existen componentes genéticos relacionados con la senescencia, y que la esperanza de vida característica de una especie puede ser modulada al alterar los genes y la dieta.