Las células entran en estado senescente principalmente en respuesta al daño oncogénico.
[3] Por otra parte, estudios recientes han demostrado que la disfunción telomérica inicia la senescencia al activar una señal de daño genético persistente.
Cuando se trabaja en condiciones in vitro, se observan fuentes diferentes de estrés que inducen senescencia, tales como los sustratos inadecuados, suero (la célula experimenta plasma in vivo, no suero), y estrés oxidativo (las condiciones atmosféricas son hiperfisiológicas).
[7] Aunque no todas las células senescentes presentan todas las características fenotípicas descritas a continuación, la presencia de cualquiera puede ser indicio suficiente para declarar el estado senescente.
Varios estudios se han centrado especialmente en el papel de la proteína p53.