A la muerte de Bertoldo en 947, Baviera se le da al hermano del rey Otón I, Enrique I, quien se había casado con Judith, la hija del viejo duque Arnulfo el Malo.
En 978, fue uno de los Enriques en la rebelión contra Otón II en la Guerra de los tres Enriques.
Fue depuesto y tanto él como Enrique II fueron desterrados.
En 983, el emperador Otón II, debilitado tras la derrota de la batalla de Stilo, le llama desde el destierro para volver a ser instalado como duque de Baviera en el Parlamento de Verona.
Sin embargo, continuó la oposición de Enrique II a su gobierno, hasta que tras la muerte del emperador, se produjo la reconciliación con la emperatriz Teófano Skleraina, en nombre del sucesor menor de edad Otón III.A Enrique se le dio de nuevo Carintia, como compensación a la renuncia de Baviera.