Judith de Baviera (925-985)

Se casó con Enrique I de Baviera, que alcanzó el ducado de Baviera a través de este matrimonio.

Por entonces, el ducado de Baviera contribuyó al crecimiento del Reino de Alemania.

Su hijo fue Enrique el pendenciero, para quien actuó como regente tras la muerte de Enrique I en 955.

Enrique II tenía entonces cuatro años, por lo que durante una década dirigió la tutela.

[1]​ Más tarde ella hizo una peregrinación a Jerusalén y, a su regreso en el 974, se retiró al monasterio de Niedermünster en Ratisbona, donde está enterrada junto a su marido.