En estas elecciones, como en el resto, el gobierno que las convocó las ganó, ya que en el régimen político de la Restauración los gobiernos cambiaban antes de las elecciones y no después como sucedía en los regímenes parlamentarios (no fraudulentos).
[3][4][5] No obstante lo anterior, el empeño del por entonces ministro de Gobernación, Antonio Maura, de intentar limitar la intervención gubernamental en estos comicios aseguró que las fuerzas republicanas pudiesen alzarse con triunfos significativos en grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
En total fueron elegidos 403 diputados, y obtuvo la mayoría absoluta el renovado Partido Conservador de Silvela.
Fue elegido presidente del Congreso el conservador Raimundo Fernández Villaverde, sustituido el 23 de octubre por el reformista Francisco Romero Robledo.
Pocos meses después el rey nombró presidente del Gobierno al liberal Eugenio Montero Ríos que convocó elecciones para "hacerse" con una mayoría en las Cortes.