Aníbal Ibarra buscaba la reelección, ya que había ganado en 2000 siendo candidato de la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación.
Al desaparecer la Alianza, que también había llevado a la presidencia a Fernando de la Rúa, Ibarra se vio en la necesidad de encontrar nuevos aliados políticos, y los encontró en dos importantes dirigentes nacionales: el presidente Néstor Kirchner y la diputada Elisa Carrió.
Esta alianza formó parte de la coalición a nivel nacional Frente para la Victoria.
Su principal opositor era Mauricio Macri, un empresario que hasta ese momento se desempeñaba como presidente del Club Atlético Boca Juniors.
La tercera fuerza política importante era el partido Autodeterminación y Libertad, que llevaba como candidato a Luis Zamora, quien en la década de 1980 había pertenecido al partido Movimiento al Socialismo y quien había tomado un gran impulso político luego de la crisis que se desató en 2001.