[8] La izquierda, unificada en el Frente de Acción Popular (FRAP), eligió al socialista Salvador Allende como su candidato, tras imponerse en la Convención Presidencial del pueblo, realizada entre el 13 y 17 de septiembre de 1957, ante los demás precandidatos: Mamerto Figueroa (ANT), Rudecindo Ortega (PRD), Humberto Mewes (PT), Guillermo del Pedregal (independiente) y Francisco Cuevas Mackenna (independiente).
[9] En una primera ronda de votaciones, Allende obtuvo 508 votos, seguido de Alejandro Serani con 350, Humberto Mewes con 331, Francisco Cuevas Mackenna con 323, Rudecindo Ortega con 318 y Guillermo del Pedregal con 212; posterior a dicha ronda se acordaría nominar a Allende por aclamación.
Hijo del presidente Arturo Alessandri Palma, se había involucrado tempranamente en la política como parlamentario y Ministro de Estado, aunque con un perfil mucho más bajo que el de su padre, conocido por su ardor político.
El 20 de agosto de 1957, cuando Raúl Marín Balmaceda pronunciaba un ardoroso discurso durante una asamblea del Partido Liberal para apoyar a Alessandri, sufrió un ataque cardiaco, y cayó repentinamente al suelo, falleciendo poco después.
Además del golpe emocional, al suspenderse la asamblea liberal, los conservadores pudieron proclamar a Alessandri como su candidato formal el 25 de agosto —habiendo recibido 472 votos a favor y 17 en contra—,[17] antes de que los liberales se volviesen a reunir; el Partido Conservador Unido solicitó de manera formal el apoyo del Partido Liberal.
[20] Era excura párroco del pueblo de Catapilco y diputado por el FRAP en 1957, representando a Talca.
[25] Esta fue la primera elección en que desapareció por completo el cohecho, al haberse creado la cédula única.
Luis Bossay baso su campaña mostrándose como continuador de los gobiernos radicales que gobernaron entre 1938 y 1952, con un régimen capitalista con fuerte intervención estatal, prometiendo revertir las medidas económicas implementadas por Ibáñez, en particular el plan de la Misión Klein-Sacks.
[32] Pero Frei no basó tanto su campaña en un programa político como en el contacto afectivo del candidato con los electores.
[33] Para ello, Frei se presentaba en numerosas concentraciones, en que arengaba a las masas haciendo gala de su capacidad escénica y oratoria.
Propuso cambiar la intervención estatal sobre la economía, el Estado debía retirar su participación en empresas industriales y concentrarse en realizar inversiones de infraestructura.
[38] La contienda electoral se veía manchada en ocasiones por ataques personales entre los grupos políticos, especialmente por medio de la prensa.
Este último logró un amplio triunfo en las mesas de mujeres, imponiéndose por 10 puntos a Eduardo Frei.
Como Antonio Zamorano obtuvo un 3,3 % de los votos con un discurso de izquierda, y Allende perdió por una diferencia del 2,7 %, por décadas se ha especulado que si no hubiera postulado Zamorano, hubiese ganado Allende,[43] al punto que su candidatura ha entrado en la jerga política chilena como sinónimo de impedir «que la segunda mayoría logre superar a la primera».