[1] Por estos elogios la reimprimió en 1792 el ilustrado Juan Antonio Mayáns, hermano de Gregorio, con un erudito prólogo.
También tuvo una edición decimonónica en el tomo VII de la Nueva Biblioteca de Autores Españoles dirigida por Marcelino Menéndez y Pelayo, en 1907[2] Miguel Ángel Martínez San Juan intentó una edición crítica en su tesis doctoral (1999),[3] publicada en 2003 y rectificada en 2006.
Es, pues, como tantas novelas pastoriles, un roman à clef, una novela en clave, donde cada personaje encubre a una persona real, algo habitual en las églogas pastoriles de la literatura bucólica desde que Virgilio recurrió a estos procedimientos.
Pero son mejores aún las composiciones en versos cortos, en los que incluso sobrepuja a Jorge de Montemayor.
Un incipiente conceptismo, sutil y amanerado pero de buen gusto, se percibe en su estilo, que por ello puede estimarse ya manierista.