La Operación Mincemeat («Operación Carne Picada») fue un plan británico, ejecutado durante la Segunda Guerra Mundial, para convencer al alto mando alemán (OKW) de que los Aliados iban a invadir Grecia en lugar de Sicilia.
[1] En las etapas finales de la campaña norteafricana, los estrategas aliados empezaron a fijarse en Europa.
Hay dos incidentes que Montagu debía de conocer: Ayudados por el famoso patólogo Sir Bernard Spilsbury, Montagu y su equipo determinaron qué tipo de cuerpo necesitaban para esta operación.
El comandante Martin de los Royal Marines, William Martin, capitán eventual habilitado como «comandante», nacido en Cardiff, Gales, en 1907, y destinado en el Cuartel General de Operaciones Combinadas.
Habilitando a Martin como «comandante» se resolvía el problema y pretendía dar la impresión de que este hombre era un oficial de confianza y muy responsable, para que la operación fuese más creíble.
[1] Para dar más credibilidad a la historia, le inventaron una novia que se llamaba Pam —en realidad, una funcionaria del MI5—, completándolo con fotos y cartas de amor.
[1] Pero esto era necesario para justificar que tanto el cuerpo como los documentos fuesen recuperados juntos.
Para ello, el comandante Martin llevaría una cadena alrededor de su gabardina a la que iría amarrado su maletín, para dar la impresión de ser una persona que quería estar cómoda durante un largo vuelo pero quería tener el maletín a mano todo el tiempo, indicando que era un oficial muy responsable, aunque a veces un poco descuidado.
Mientras Montagu y su equipo creaban la falsa identidad, también se estaban generando los documentos necesarios para que el engaño funcionase.
Además, en una jugada maestra de psicología inversa, la carta indicaba que se estaban elaborando planes para engañar a los alemanes y convencerlos de que el desembarco se haría en Sicilia.
Para resaltar el carácter sensible de la carta y establecer la cualificación del comandante Martin para viajar al norte de África, Montagu incluyó otra carta de Lord Louis Mountbatten, Jefe de Operaciones Combinadas al almirante Sir Andrew Cunningham, Comandante en Jefe del Mediterráneo, en la que Mountbatten ensalzaba la experiencia del comandante Martin en operaciones anfibias; y, aún más importante, Mountbatten decía a Cunningham que Martin llevaba una carta demasiado importante para ser enviada por los canales normales, lo que explicaba la necesidad del vuelo de Martin.
Montagu había preparado esto con el almirante Barry, que tenía los submarinos bajo su mando.
Una vez terminado, Jewell puso un mensaje al «Comité de los Veinte» diciendo: «MINCEMEAT completed».
La Abwehr local, representada por el técnico en agricultura alemán Adolf Clauss, tuvo conocimiento inmediato del descubrimiento.
Para reforzar el engaño, se mandaron una serie de mensajes urgentes del Almirantazgo al agregado naval británico en Madrid pidiéndole la devolución a cualquier precio de los documentos encontrados con el cuerpo, debido a su contenido altamente sensible —todo esto cifrado con una clave de bajo nivel—, para alertar a las autoridades españolas sobre su importancia.
La confirmación posterior obtenida por medio de «ULTRA» hizo que se enviase un telegrama a Winston Churchill, que estaba en Estados Unidos, diciendo: «Mincemeat Swallowed Whole» («Se han tragado toda la carne picada»).
Pero la decisión más crítica fue probablemente el envío de dos divisiones Panzer del frente soviético a Grecia, justo en el momento en que se estaban preparando para atacar a los rusos en la batalla de Kursk.
Al convertirse «Mincemeat» en una leyenda, seguía el interrogante sobre la identidad de ese hombre.
Posteriormente se ha añadido el nombre de Glyndwr Michael como reconocimiento a su labor.
En cuanto a Ewen Montagu, por su participación en la Operación Mincemeat se le concedió la Orden del Imperio Británico.
[6] En su libro Los secretos del HMS Dasher, portaaviones británico que se hundió por accidente en la guerra y cuyo accidente se ocultó al público para no minar la moral, los escritores John y Noreen dicen que el cuerpo que se dejó en la mar frente a Huelva no era el de Glyndwr sino el de una de las víctimas del accidente del Dasher.
Se plantea que la tumba de William Martin quizás esté vacía, ya que su cuerpo podría haber sido trasladado a Italia en submarino por los alemanes, con la idea de practicarle una autopsia con médicos propios.
[12] En aquel entonces los servicios secretos no dieron a Montagu la libertad total para desvelar todos los detalles de la operación.