El demonio de la perversidad

La frase es hoy corriente en lengua inglesa, y se considera que este autor pudo estar en el origen de la misma.

En un impulso autodestructivo, confiesa su crimen en público, lo que lleva a su rápido juicio y ejecución.

El narrador comienza su relato explicando cómo asesinó a un hombre utilizando una vela que emitía un vapor venenoso: La víctima disfrutaba leer en la cama por la noche y, utilizando la vela para iluminarse, muere en su habitación poco ventilada.

El narrador permanece insospechado, aunque de vez en cuando se tranquiliza repitiendo en voz baja: "Estoy a salvo".

Revela su secreto con "con una articulación clara, pero con marcado énfasis y apasionada prisa", como si temiera ser interrumpido.

[3]​ Como Poe describe esta teoría: La obra teoriza que todas las personas tienen tendencias autodestructivas, incluido el narrador.

En una escena, el personaje del título se ve invadido por un deseo irrefrenable de dejarse caer por un precipicio escarpado.

[2]​: 57 Además, estudiosos y críticos sugieren que Poe tenía su propio demonio de la perversidad.

A través de la voz del narrador anónimo, Poe describe la 'perversidad' (perverseness, con un sentido del que carece el vocablo en castellano) como una especie de impulso primitivo pasado por alto por los frenólogos y moralistas.

[1]​ Una versión ligeramente revisada apareció en el anuario literario May-Flower de 1846, editado en Boston.

Primera publicación del relato en la edición de julio de 1845 de Graham's Magazine , Vol. XXVIII, Filadelfia.