Heraldo de Madrid

En 1909 se hace cargo del periódico, José Rocamora que le da nuevo impulso.

Sus iniciativas tendieron a hacer un periódico más popular, con una fuerte apuesta por la transformación política de España en una República.

El día siguiente a las elecciones fue el único periódico que asumió como propio el análisis del comité republicano, que consideraba las elecciones municipales como un referéndum a favor de la República en España.

En su redacción había periodistas de tendencia liberal, lerrouxista, azañista y socialista.

La aceptación del periódico continuaba creciendo y superando a sus rivales, que padecían la inestabilidad en su propiedad o los encontronazos con el Gobierno republicano en el caso de la prensa conservadora.

Manuel Fontdevila dejó la dirección en los primeros días —se exilió primero en París y más tarde en Buenos Aires— y esta fue asumida por Alfredo Cabanillas Blanco hasta 1937, cuando un comité de redacción decidió destituir al director por sus actuaciones en favor de personalidades conservadoras en el Madrid asediado.

Los propietarios del periódico, los hermanos Busquets, se exiliaron en 1937 en Francia al ser amenazados por la FAI.

Desde allí mantuvieron un cierto control del periódico compartido con el comité obrero constituido legalmente.

Cabanillas decidió no publicar el artículo y le remitió una copia al ministro de la Guerra Indalecio Prieto, con el que mantenía una buena relación.

Antes de su destitución Cabanillas consiguió salir de Madrid y después se exilió en Argentina, donde escribió un libro titulado Hacia la España eterna, en que recopiló las actividades humanitarias que había realizado en el Madrid asediado para ganarse el favor del general Franco, del que se declaró seguidor.

Entre los falangistas que irrumpieron en la sede del periódico se encontraba José María Sánchez Silva, que años más tarde se haría famoso por su novela y guion de la película Marcelino, pan y vino.

Noticia del asesinato de Bravo Portillo , septiembre de 1919.