Y la escuela será cada vez mejor, en la medida en que cada uno se comporte como compañero, amigo, hermano.
Nada de ser como el bloque que forman las paredes, indiferente, frío, solo.
Ahora bien, es lógico… que en una escuela así sea fácil estudiar, trabajar, crecer, hacer amigos, educarse, ser feliz”.
Esta última entiende a los participantes del proceso educativo como recipientes que pueden ser llenados de conocimientos.
La educación popular o liberadora, en cambio, se caracteriza por ser un espacio de diálogo, encuentro y reflexión.
Se intenta dotar de herramientas intelectuales a los participantes para actuar y cambiar la sociedad.
Podemos relacionar con esta visión de la pedagogía, numerosos movimientos políticos y sociales, como el anarquismo, que a lo largo del siglo XX han inspirado escuelas y modelos teóricos alternativos caracterizados por una horizontalidad que implica una forma de relaciones humanas y educativas que rompen el estilo vertical, criticado por ellos, de la práctica educativa.
En esta línea, hay universidades populares, ateneos anarquistas, escuelas no directivas e incluso proyectos profundamente transgresores como la anti-pedagogía de Iván Illich.
Si bien es cierto que esta educación está más presente en los ámbitos no formales, Paulo Freire siempre llamó ha que la educación en general se tratara desde esta perspectiva, de ahí que abordara estas sugerencias en distintas obras como Pedagogia da Autonomia en donde explica cómo debería actuar un educador popular para conseguir enseñar para la emancipación.
Durante la siguiente década se profundizó en profesionalizar a los grupos educativos que ya existían.
Sus fundamentos son la pedagogía crítica, la educación popular, el enfoque sociocultural y el construccionismo social.
[42] Sus autores son los educadores colombianos Marco Raúl Mejía y María Elena Manjarrés, quienes plantearon dicha metodología para el programa Ondas[43] enfocado a la promoción de vocaciones científicas en el sistema escolar colombiano, reconociéndola como una hija legítima de la investigación acción participativa y la educación popular.
[44] Los niños, niñas y jóvenes son el centro en el proceso de enseñanza aprendizaje y viven la experiencia de ser investigadores recorriendo todas las etapas del método científico acorde a sus expectativas e intereses.
[50] Para atender la demanda, el Instituto Paulo Freire desarrolló un departamento que trata la expansión de la ideología del pedagogo por todo el mundo.
La Educación popular emplea propuestas metodológicas, pedagógicas y didácticas basadas en la participación, en el diálogo, y en la complementación de distintos saberes que siempre van direccionados a cambiar injusticias sociales a través de la praxis.
Sin embargo, resulta un círculo vicioso porque este sistema no nos permite tener otro tipo de educación pero al mismo tiempo la Educación Popular es un factor esencial para cambiar este sistema.Es por esto que la Educación Popular puede influenciar las relaciones humanas, porque de un cambio interpersonal se puede llegar a uno en colectivo y cambiar nuestra realidad social.
Al respecto se escribieron muchos libros narrando estás experiencias educativas, entre ellos se puede encontrar "La transformación social a través del arte y la pedagogía" de los autores Dominique Gromez y Ulises Barreiro.