Se arraiga en una visión ética y política para tratar de llegar a los estudiantes más allá del mundo que conocen"[6] Asimismo, se dice que guarda relación con lo que se conoce como educación popular,[7] encuadrándose en principios como la democracia y la ética: "comparte con la educación popular una apuesta ética y política.
Pero hoy en día, Gramsci es uno de los escritores italianos más citados e influyentes no sólo en Brasil, sino también en todo el mundo.
La escritura, por otra parte es una herramienta que permite pensar y hacer uso racional en la construcción de una verdadera democracia, ayudando a los estudiantes a pensar crítica y racionalmente sobre una determinada materia.
La escritura y la lectura, según académicos, siempre irán ligadas, afirmando que un buen escritor es o fue un buen lector, ya que la lectura es el medio más importante de adquisición y desarrollo del código escrito, es por eso la importancia y relación correspondiente que le da Daniel Cassany[15] al hábito y el placer de la lectura como relacionante de una competencia de escritura igualmente proporcional.
Es así como diferentes escuelas han hecho un esfuerzo por abarcar el tema de la escritura con supuestos debatibles.
Incluso si la responsabilidad directa no recae en los docentes, como en las instituciones, estos deben tener un papel activo en su rol, y replantear y reestructurar la pedagogía de manera que cumpla con el enunciado categórico de Nietzsche: “una verdad debe ser criticada, no idolatrada”.
Tal y como ha sido planteado por Freire (1969), la pedagogía debe ser una práctica que promueva la libertad y la democracia; 21 en ese orden de ideas, es esencial pensar en la pedagogía crítica como facilitadora para alcanzar dichos objetivos que cambian realidades sociales.
La pedagogía, entonces, conforma un factor esencial para fortalecer e incrementar el pensamiento emancipador en los estudiantes.
Esto pues, se hace brindándoles a los estudiantes las herramientas lingüísticas y cognitivas que no se limiten al desarrollo de habilidades como la lectura y escritura, sino que les permitan llegar a ser actores en los procesos de cambio social, así como plantear y liderar diálogos críticos.
Esta propuesta es amenazada, en los Estados Unidos de América, por las propuestas neoliberales que impulsan la mercantilización de los servicios públicos, donde la enseñanza debe ser utilitaria y funcional al mercado laboral.
En ese sentido Giroux reivindica a la educación superior como una esfera pública relevante en defensa de la democracia.
"La educación superior tiene una responsabilidad no sólo en la búsqueda de la verdad, no importa adónde pueda conducir, sino también de educar a los estudiantes para que hagan que la autoridad y el poder sean política y moralmente responsables"[19].
Al peligro del neoliberalismo hay que responder ampliando las esferas públicas y, en especial, las universidades.
"La educación superior es uno de los pocos espacios que quedan en los cuales pueden crearse identidades, valores y deseos democráticos.
En Colombia un país colonizado y con apertura a la colonización, plantearse la educación centrada en el lenguaje, la lectura del mundo, iniciando por el conocimiento de sí mismo para entonces concebirse como libre, resulta una tarea compleja puesto que supone una re-estructuración radical de la manera de concebir la educación, desde los entes estatales reguladores hasta las aulas.