Según las circunstancias y las personas en contacto con los estudiantes dichos contenidos pueden o no, ser "enseñados" con intención expresa.
[6] La misma reconoce los aspectos de la perpetuación económica y social en la educación que están representados en el currículo oculto.
También recoge el significado de características abstractas como teoría e ideología que ayudan a definir este fenómeno.
Aunque el currículo oculto incorpora gran cantidad de conocimiento a los estudiantes, en algunas ocasiones tiene una connotación negativa dado los valores que promueve entre clases y estatus sociales.
Por ejemplo, Pierre Bourdieu afirma que el capital relacionado con la educación debe ser accesible para promover los logros académicos.
[17] Un aspecto adicional del currículo oculto que juega una parte importante en el desarrollo de los estudiantes y sus destinos son los recorridos educativos.
Este método de imponer itinerarios educacionales y de carreras entre los estudiantes a edades juveniles se apoya en factores variados tales como la clase y el estatus para reforzar las diferencias socioeconómicas.
Dewey encontró evoluciones en los patrones y desarrollos de tendencias en los centros educativos públicos que se prestaban a sus perspectivas pro-democráticas.
Es sesgo en determinadas direcciones de ciertos educadores en sus perspectivas, prácticas y evaluaciones lo que puede afectar a sus estudiantes.
Posteriormente Benson Snyder del MIT, desarrolla el concepto de currículo oculto, en su obra El currículo oculto, que apunta a la cuestión de por qué los estudiantes —incluso o especialmente los mejor dotados— abandonan los estudios.
Comenzando con la Pedagogía del oprimido publicada en 1972, el educador brasileño Paulo Freire exploró diferentes efectos de las presuntas enseñanzas a los estudiantes, en las escuelas y en la sociedad.
Recientemente varios autores, incluidos Neil Postman, Henry Giroux, los libros de la campana, y Jonathan Kozol han examinado los efectos del currículo oculto.