Una dosis es una cantidad medida de un medicamento, nutriente o patógeno que se administra como una unidad.
Una 'dosis' de cualquier agente químico o biológico tiene varios factores que son críticos para su efectividad.
El primero es la concentración, es decir, la cantidad de agente que se administra al cuerpo a la vez.
Algunas sustancias deben tomarse en pequeñas dosis durante largos períodos de tiempo para mantener un nivel constante en el cuerpo, mientras que otras deben tener un gran impacto una vez y ser expulsadas del cuerpo después de realizar su trabajo.
Se ha utilizado para tratar las náuseas y las molestias en pacientes con cáncer que reciben tratamiento de quimioterapia.
Existe un consenso limitado en toda la comunidad científica con respecto a la efectividad del cannabis medicinal.
[10] Se ha demostrado que este método de prueba y error es arriesgado para el paciente y costoso para las compañías de atención médica, así como ineficiente, debido al monitoreo constante que se requiere.
Se realizan investigaciones constantemente para desarrollar nuevos métodos de dosificación que sean más precisos y seguros para el consumidor.
[12] La sangre no tiene que mezclarse con nada antes de la prueba para crear un 'suero' como lo hizo el primer dispositivo.
En los ensayos, los primeros modelos del dispositivo fallaron después de aproximadamente media hora porque las proteínas en la sangre entera se adhirieron a los sensores y obstruyeron los componentes.
El dispositivo aún está en ensayos clínicos y la implementación real en medicina probablemente esté a años de distancia, sin embargo, mientras tanto, sus creadores estiman que también podría usarse en la industria farmacéutica para permitir una mejor prueba en los ensayos clínicos de Fase 3.
La dosis infecciosa varía según el organismo y puede depender del tipo específico de cepa.
Ejemplos de dosis infecciosas, clasificadas libremente en orden creciente:[20] Por lo general, los ácidos del estómago pueden matar las bacterias por debajo del rango de dosificación infecciosa para un patógeno determinado y evitar que el huésped sienta síntomas o se enferme.
[20] En lugar de ser administrado por un médico o individuo, las dosis infecciosas se transmiten a una persona de otras personas o del medio ambiente, generalmente son accidentales y producen efectos secundarios adversos hasta que el sistema inmunitario del individuo derrota al patógeno o lo expulsa del individuo por procesos excretores.