La Dirección del Trabajo (también conocida por su acrónimo, DT)[4] es un servicio público chileno descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio.
[2] Fue creado legalmente en 1924 en el gobierno del presidente Arturo Alessandri Palma con la intención de velar por la aplicación de la legislación vigente, específicamente, la legislación laboral recién creada.
[3] En Chile, la prosperidad económica de las primeras dos décadas del siglo XX no había alcanzado a obreros y empleados.
Asimismo, era preciso contar con una institucionalidad que procurara el cumplimiento y respeto de los derechos conquistados.
[3] Seis años después, en 1931, el Congreso Nacional aprobó el Código del Trabajo, en el que se refundieron en un solo texto catorce leyes y decretos leyes de corte laboral.
Sus funciones son la «participación permanente y diálogo tripartito de los actores sociales, trabajadores y empleadores, a través de sus organizaciones más representativas a nivel nacional, con objetivos y funciones que especifica dicho cuerpo legal».