[4] Durante el gobierno radical de Juan Antonio Ríos, ingresó a la Falange Nacional (FN), agrupación política liderada por jóvenes disidentes del Partido Conservador (PCon) y que presidió entre los años 1950-1951.
Participó en la fundación del Partido Demócrata Cristiano (PDC) en el que fue elegido como presidente entre 1958 y 1964, año en que además Eduardo Frei Montalva, también demócrata cristiano, fue elegido presidente de la República para el período 1964-1970.
Varios miembros del PDC, entre ellos Aylwin, manifestaron su apoyo a la llegada de los militares al poder, aduciendo que el golpe castrense restablecería la normalidad institucional y con ella, la paz y unidad entre los chilenos.
En 1983, luego de haber fracasado la movilización social masiva en contra de la dictadura, el PDC junto a otros partidos opositores crearon la Alianza Democrática, agrupación cuyo como objetivo era encontrar una salida política-jurídica a la dictadura, al haber fracasado la vía de la movilización masiva.
Su gobierno se enfrentó a la misión de restablecer la democracia bajo la mirada vigilante de las Fuerzas Armadas, en un período en que sus integrantes aún gozaban de las garantías que ellos mismos habían establecido y en el cual la lealtad del estamento castrense hacia su general fue casi inquebrantable.
[5] Fue el mayor de cinco hermanos[5][Nota 2] (Carmen, Andrés, Arturo y Tomás)[5] del matrimonio compuesto por Miguel Aylwin Gajardo,[Nota 3] profesor, abogado y juez proveniente de San Javier, que llegó a ser presidente de la Corte Suprema en 1957, y Laura Rosa Azócar Álvarez,[7][5][Nota 4] Patricio era en parte de origen galés[8] y vasco.
[11] La pareja Aylwin-Oyarzún vivió sus primeros meses de matrimonio en la casa paterna en San Bernardo.
[5] En 1956 la familia se instaló en una casa ubicada en calle Arturo Medina en la comuna de Providencia, la cual nunca dejaron, incluso en los años en que Patricio Aylwin ejerció la presidencia de la República.
[13] Se licenció en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales en 1943, con la memoria El juicio arbitral,[12] tema que luego profundizó en un libro, que ha tenido seis ediciones, la última en 2014.
[5] Entre 1949 y 1954, asumió como secretario del Instituto Chileno de Estudios Legislativos.
[11] En 1945 se presentó como candidato a regidor por la comuna de San Bernardo, sin lograr ser electo.
Aunque en un principio simpatizó con las ideas socialistas —influenciado por un hermano de su madre, el senador y fundador del Partido Socialista (PS), Guillermo Azócar— y con el bando republicano durante la guerra civil española,[6] confesó además, que se encantó con esos idearios y estuvo a punto de ingresar a las filas de ese partido;[16] sin embargo en ese mismo año optó por ingresar a la Falange Nacional (FN) y al año siguiente colaboró con su órgano de difusión, la revista Política y Espíritu.
Al año siguiente, fue elegido su presidente, cargo que mantuvo hasta 1960.
Esta fue la primera de siete presidencias que ejerció en su partido durante las siguientes tres décadas.
[11] Como autoridad máxima del Senado, contribuyó a paralizar la puesta en práctica de la estatización de la minería del cobre, decretada por el presidente Salvador Allende con la aprobación de ambas cámaras, al exigir que las expropiaciones se tramitaran como reforma constitucional y consiguientemente se negociaran con la oposición en el Congreso.
[11] Paralelamente, en su rol como parlamentario, asistió a los funerales del excanciller de Alemania Occidental Konrad Adenauer en 1967.
En 1969 encabezó la delegación chilena a la Asamblea General de las Naciones Unidas y la presidió junto al diplomático birmano U Thant.
Rechazó la Constitución Política de 1980 y fue contrario a su consulta pública.
En 1988, colaboró por la campaña del «No» para el plebiscito de ese mismo año.
Ese proceso electoral se vio empañado por acusaciones de fraude en su favor conocidas como «carmengate», no obstante, su candidatura se impuso sobre la de Gabriel Valdés que había sido el más destacado líder del Partido Demócrata Cristiano (Chile) durante la dictadura, pasando por sobre las críticas a la falta de probidad del proceso eleccionario.
Este ejercicio se ideó como una política de Estado que buscaba representar lo más posible los intereses del país, abriendo la participación a todos los sectores y por encima de los intereses partidistas.
Las giras presidenciales promovidas reinsertaron al país en la comunidad internacional y se recuperó el terreno que se había perdido durante los años de aislamiento de la dictadura militar.
Buscando en Chile el tránsito del largo periodo de la dictadura al funcionamiento normal de la convivencia democrática, libertad y la paz, sin traumas ni quebrantos insuperables basado en la moderación y cordura.
[24] No fue senador vitalicio, pues la Constitución de 1980, en su redacción primitiva, reservaba esa prerrogativa a los presidentes que hubiesen ejercido su cargo por lo menos durante seis años (la Constitución en la actualidad ya no contempla esa institución), pero en 2000 se aprobó una enmienda constitucional que otorgó inmunidad jurídica a los senadores vitalicios que renunciaran al cargo, haciendo extensivo el beneficio a Aylwin.
[11] En su libro memorias, titulado "El reencuentro de los demócratas”, Patricio Aylwin reiteró su apoyo al golpe de estado, señalando que: "Nosotros admitíamos que, lamentablemente, cierto periodo de la dictadura era necesario, pero pensábamos que debía ser lo más breve posible; dos, tres o cinco años".
Posteriormente el féretro fue trasladado al edificio del ex Congreso Nacional, trayecto durante el cual recibió los homenajes del Partido Demócrata Cristiano (PDC), en su sede ubicada en la Alameda, y de la presidenta Michelle Bachelet y el Orfeón de Carabineros, en el frontis norte del Palacio de La Moneda, frente a la Plaza de la Constitución.
Aylwin fue velado durante toda la tarde y la noche de ese día en el Salón de Honor del ex Congreso, donde fue homenajeado por diversas personalidades públicas.