Difusionismo (arqueología)

Aunque Schmidt y Graebner no aceptaban el difusionismo monocéntrico, estaban de acuerdo en que, cuanto más sofisticado es un avance, menos probabilidades hay de que este haya sido inventado varias veces aisladamente.

[1]​ Los centros difusionistas, habitualmente están asociados en el Viejo Mundo a civilizaciones de grandes ríos (Nilo, Tigris y Éufrates, Indo, Río Amarillo...), mientras que en el Nuevo Mundo serían Mesoamérica y los Andes.

Aún más, las grandes civilizaciones antiguas, desde el Neolítico, al menos, eran las únicas zonas de verdadera invención y progreso, desde donde se difundían por contacto, migraciones o invasiones.

El símil europeo con una playa a la que llegan las olas a morir, se ha usado en no pocas ocasiones, considerando este subcontinente como un callejón sin salida al que se ven abocadas numerosas civilizaciones orientales.

Según los difusionistas monocéntricos la invención de la agricultura solo tuvo lugar una vez, en el Creciente Fértil, desde donde se difundió por África, Asia y Europa.

Wissler, no conformándose con el factor espacio, añade el factor tiempo, argumentando que los rasgos culturales serían más antiguos, cuanto más cercanos estuviésemos del centro del área cultural.

De hecho, como ya señalaron Schmidt y Graebner, toda idea humana, sea en el campo lingüístico, tecnológico, social o artístico, es potencialmente transferible.

Así, pues, todas las culturas seleccionan aquello que les resulta aceptable, antes de recibirlo.

Difusión del ser humano por el Mundo.
Relieve de Palenque .
Embarcación de la Polinesia .