Tras la victoria española se estableció en el Cuzco y le fue entregado un gran solar en la ribera derecha del río Saphi donde levantó su vivienda conocida hasta hoy como Casa Silva.
Cuando averigua que ha llegado La Gasca, bajó y participó con él en la Batalla de Jaquijahuana.
Por eso el virrey Toledo le devolvió a la viuda la encomienda que había ganado.
Por entonces escribió un poema épico que relata el descubrimiento del Perú.
Su importancia es tal que viene a ser el primer libro de poesía del Perú y de América, fechado por Raúl Porras en 1538 y escrito en el Cuzco.