El Cabildo de la Muy Noble y Gran Ciudad del Cuzco fue una institución judicial y administrativa urbana colonial, establecida por los conquistadores hispanos en la antigua capital de los Incas.
Mancio Sierra, en ese momento procurador general de la ciudad, habló "en nombre del cabildo y ayuntamiento", en contra de la propuesta del virrey argumentando que: Toledo no se dejó convencer por el argumento e insistió en que hubiese una representación de los españoles no encomenderos.
El Virrey amenazó con encerrarlos en el salón del Cabildo sin comer, e incluso desterrarlos a Chile si no obedecían.
Finalmente, se nombró a Rodrigo de Esquivel como alcalde encomendero y a Juan López de Isturizaga como alcalde soldado.
Los vecinos encomenderos finalmente decidieron no reunirse cuando Juan López estuviera presente.