Pronto se trasladó a Salamanca donde estudió Artes y Teología en el convento de San Esteban.
Casi simultáneamente obtuvo la licenciatura y el doctorado en Teología por la Universidad de Sigüenza.
En 1559 pasó a desempeñar el priorato de Toledo, donde entró en contacto con la Corte.
Viajó de nuevo a Italia en 1572 para participar en el proceso de Bartolomé Carranza, tras haber firmado las calificaciones incriminatorias de los Comentarios sobre el catecismo cristiano (1563) y censurado la traducción al castellano del Catecismo Romano.
[5] El cronista Luis Cabrera de Córdoba, al ocuparse de su muerte, aseguraba que había vivido con suma modestia haciendo de su casa auténtica celda monástica, pues solo tenía un cuadro y algunos libros, sin tapicerías ni preseas, tras haber renunciado al arzobispado de Sevilla que se le había ofrecido.